Los sistemas de riego automático han representado una gran mejora en el control de la irrigación para las superficies agrícolas. Su instalación significa mayor eficacia del riego, y la posibilidad de adaptarse a las necesidades del agricultor.
Programación del riego automático
El criterio del agricultor nos determinará qué tipo de automatización le vamos a instalar para su sistema de irrigación. Existen las siguientes programaciones:
Programación por tiempos.
Programación por volúmenes medidos a través de un medidor de caudal o de detectores de nivel en balsas pequeñas.
Programación en función de sensores del estado hídrico del cultivo y del suelo.
Programación basada en la información proporcionada por una estación meteorológica.
Partes de un sistema de control automático de riego
A continuación, vamos a ver los componentes de un sistema de automatización del riego:
Sensores y/o transductores.
Tensiómetros, manómetros, presostatos, medidores de caudal, detectores de nivel, etc.
Actuadores: interruptores, electroválvulas, válvulas motorizadas, bombas, variadores de velocidad, arrancadores electrónicos, etc.
Equipo de protección eléctrica.
Herramientas de control (programadores, ordenadores, etc.)
Sistema de comunicación mediante PC o acceso remoto a través de internet o de telefonía móvil vía SMS.
Ventajas del riego automático:
Se obtiene un riego más eficiente.
Ahorro en: mano de obra, agua y energía.
Capacidad de control de operaciones relacionadas al riego, como, por ejemplo, su control económico.
Los costes del mantenimiento del sistema de riego son más reducidos.
Gracias a la optimización del riego la producción aumenta.